diumenge, 26 de maig del 2013

La saranda


Érase una vez, en un pequeño pueblo de la costa del Mediterráneo llamado Guardamar, vivía un matrimonio joven en una pequeña casita a la orilla del mar. Antonio, que así se llamaba él, era pescador, y todas las mañanas, muy temprano, salía con su pequeña barca y su vieja caña a ver que suculentos peces recogía.
Para mucha gente, ser pescador es un trabajo muy aburrido. Para Antonio no, a él le gusta sentarse en su barca, mirar a su alrededor, sentir la fresca brisa en su cara y tirar su caña lo más lejos posible, para después sentarse a esperar, canturreando alguna de las canciones que su padre le cantaba cuando era pequeño.
Cuando en mitad de la canción, siente que su caña se mueve, Antonio se levanta de un brinco, los ojos se le iluminan, coge aire y agarra con fuerza la caña, estirando hacia atrás para sacar a su presa antes de que se escape.
Después de muchas horas de trabajo, Antonio regresa a casa, donde su esposa Lola le espera, con un montón de utensilios con los cuales limpiará el pescado para que luego pueda ser vendido en la puerta de su casa. Ese es el trabajo que desempeña su esposa, limpia toda la pesca, la coloca en un pequeño cesto en la puerta de su casa, adornado con hojas y limones para darle mejor aspecto.
Pero Lola está triste, muy poca gente pasa por delante de su casa y les compra pescado. Todos los vecinos están encantados, ya que Antonio trae los mejores pescados de la zona, pero son pocas las personas que conocen la casa, y por tanto, las ganancias son escasas.
Antonio le dice a Lola que no se preocupe, que ellos pueden ser felices así, pescando para ellos y sus vecinos. Pero Lola no está de acuerdo, Lola espera un hijo y no esta dispuesta a alimentarlo a base de pescado. Los bebés necesitan leche, cereales, fruta, verdura, carne... y también cuna, ropa, juguetes, y para eso necesitan dinero.
Una noche en la que Lola no podía dormir se levantó y se puso a organizar los pescados que el día anterior había pescado Antonio y que habían sobrado. Para ello utilizó el cesto apoyado sobre una carretilla, ya que no lo podía coger por lo que pesaba. Así, fácilmente fue colocando las montañas de pescado sobre las cajas preparadas para ello. Mientras tanto, Lola no paraba de darle vueltas a la idea de cómo podían aumentar las ventas de pescado y así ganar más dinero. Y de pronto, observando la carretilla se le ocurrió una idea: pondría sobre la carretilla una cesta de mimbre, adornada con hojas y limones, y sobre ella pondría todo el pescado fresco que pudiera. Así, iría por las calles del pueblo llevando la carretilla llena de pescado, gritando qué magníficos que era su pesca y lo barato a lo que lo vendía.
Y así fue como nació la saranda, las mujeres de los pescadores colocaban sus piezas de pescado sobre aquella carretilla y pasaban por todas las calles del pueblo a venderlo. Las mujeres se asomaban al balcón al oír los gritos y bajaban corriendo con sus monedas a comprar los pescados más frescos.
Y gracias a esto, Lola y Antonio consiguieron salir adelante, tuvieron muchos hijos y a ninguno les faltó de nada, y Guardamar creció gracias al oficio y la labor de los pescadores y sus señoras.

                                                                                            Marta Díez Verdú
                                  
                                                                           

Relatos de la huerta

diumenge, 12 de maig del 2013

Conjugando versos

Yo quiero
cantar
y con la luna soñar.
Tu quieres
rosas
y mujeres hermosas
Ella quiere
un río
que no este frío
Queremos
amigos
tan dulces como higos
Queréis
un corazón
tan dulce como un bombón.
Y quieren
una vida
que sola se decida.
David Alcalde



Yo quiero
una goma
con una cola.
El quiere
un río
que haga mucho frío.
Queremos
una rosa
que no sea de color  rosa.
Quereis
un casco
que haga mucho asco.
Y quieren
una basura
que sea limpia y pura.
Roberto Leon


Yo quiero
muchas flores
que suelten olores.
Tu quieres
algunas trompetas
que parezcan croquetas.
Ella quiere
volar
y mientras cantar.
Queremos
una puerta
que conduzca a una huerta.
Queréis
una poesía
con mucha alegría.
Quieren
en lo alto
ver un lagarto.
Quieren
una revista
saltando en la pista.
Omar, Nana, Michelle, Georgiy


Yo quiero
un cuento
que lleve ungüento.
Tu quieres
un compás
que baile por detrás.
Ella quiere
un canguro
que boxee muy duro.
Queremos
un mar
que sepa bailar.
Queréis
un pez
que vuele a la vez.
Y quieren
un balón
con cuerpo de ratón.
MANUEL


Yo quiero
un ratón
que sea matón.
Tú quieres
un gato 
que se parezca a un gato.
Ella quiere
una caca
que salga de una vaca.
Queremos
una puerta
que detrás haya una muerta.
Queréis
jugar
debajo del mar.
Y quieren
un coche
que tenga un broche.
Sol y David Martinez


Yo quiero
un ratón
muy juguetón.
Tu quieres
un camello
que coma caramelo.
Ella quiere
un delfín
muy saltarín.
Queremos
caballos de verdad
que sepan escuchar.
Quereis
que huela a flor
con mucho color.
Hiba


Yo quiero
un gorila
que sea lila.
Tu quieres
un león
que sea un matón.
Ella quiere
un girasol
que gire en torno al sol.
Queremos
un ratón
que sea un bufón.
Queréis
un pegamento
que este contento.
Y quieren
un mantel
que sepa a miel.
Claudia y Andrea



Yo  quiero
un canguro
que baile muy duro.
Tu quieres
una luna
que coma verduras.
Ella quiere
un mar
que sepa nadar.
Queremos
una fiesta
que tenga tormentas.
Queréis
una banana
que tiene Ana.
Y quieren
unos gusanos
que estén muy sanos
Rocio



Yo quiero 
que mi hermano Samuel 
tenga el culo de papel.
Tú quieres
un pastel 
que sepa a miel.
Ella quiere 
una banana 
que sea enana.
Queremos 
que Fátima se calle
para andar tranquilos por la calle.
Quereis 
leones
que sean como tiburones.
Y quieren
que Raùl 
mire dentro del baúl.
Fatima , Raúl y Naraya








dissabte, 11 de maig del 2013

La dansa gegant

Ara per grups hem fet siluetes de persones ballant 


 

Hem decorat el corredor del col·legi